¿Podemos predecir el futuro?
La respuesta a esa pregunta es sí, sin duda. El ser humano es capaz de cosas prodigiosas, aunque durante siglos haya vivido como si no lo fuera. En la actualidad son muchas las personas que experimentan el despertar de sus capacidades síquicas. Una de ellas, es la videncia, ver más allá, captar lo que sucede en los mundos aparentemente invisibles, percibir el futuro más probable.
Quiero hacer hincapié en esa expresión: el futuro más probable. Porque el futuro es variable, no está escrito. Lo escribimos con cada decisión, con cada palabra, con cada paso; incluso, con nuestros pensamientos. El futuro de una sola persona puede cambiar en cuestión de segundos, si esa persona toma la decisión repentina de cambiar su vida y actúa en consecuencia. Para cambiar el futuro de la humanidad se requiere más tiempo, ya que en ese cambio intervienen las decisiones, los actos, las palabras y los pensamientos de muchas, muchísimas personas.
Por eso, a la hora de predecir el futuro de alguien o a la hora de valorar una predicción de futuro, es importante que tengamos en cuenta que cualquier apreciación acerca del futuro debe llevar un “seguramente”, en vez de un “seguro que pasará eso”.Esta es una de las cosas más valiosas que mis guías espirituales me enseñaron: si vas a hablarle a alguien de su futuro, hazlo con prudencia; primero, porque puedes condicionarle con tus afirmaciones y, segundo, porque esas afirmaciones pueden no cumplirse nunca, si la persona toma decisiones que transformen su vida.
Yo nunca me aventuro a hablar del futuro más allá de cuatro meses, y en las pocas ocasiones en las que lo hago, siempre añado: “Eso seguramente pasará si tú no cambias nada en tu vida. Si cambias algo, aunque sea solo un cambio interno, ese futuro podrá ser otro.”
Muchas personas buscan a un guía espiritual para que les adivine el futuro. Los guías pueden hacerlo, desde luego, pero no suelen hacerlo.A menos que:
1. Sea estrictamente necesario para evitar un peligro que debe evitarse.
2. Necesitemos orientarnos hacia nuestro propósito de vida. Cuando enfoco mi mente en una posibilidad comienzo a materializar su energía.
Y yo me pregunto, ¿por qué tenemos la necesidad de adivinar lo que va a pasar?Para mí, la respuesta es clara: porque no nos atrevemos a dar un paso sin asegurarnos de que va a salir bien lo que pretendemos. Eso se llama CONTROL y nos aparta del fluir y de la confianza en la vida. También se llama MIEDO y nos empequeñece, porque nos creemos a merced de los acontecimientos, olvidando que podemos crear nuestra realidad con voluntad y constancia. No tenemos que protegernos de la vida, sino vivirla, experimentarla y aprender de ella todo lo que podamos.
Nuestros guías espirituales nos enseñan a crear la realidad que deseamos, a afrontar el miedo, a sanar la culpa, a soltar el control… De su mano podemos despertar nuestras capacidades dormidas, sanar nuestras heridas, ocupar nuestro lugar en el mundo.
Y sí, aquí y ahora me atrevo a hacer una predicción de futuro: si escuchas a tu guía y pones en práctica lo que te sugiere, seguramente, vas a encontrar el sentido de tu vida, vas a sentirte en tu sitio, vas a experimentar una gran satisfacción y una gran alegría.
A mí me pasó, y tú y yo no somos diferentes. Todos tenemos las mismas capacidades y podemos desarrollarlas. A menos que creas lo contrario…
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