Confiar para avanzar
En mi camino de evolución personal y espiritual, la confianza ha sido un ingrediente indispensable. Cuando me di cuenta de que la vida no era simplemente una experiencia de crecimiento físico, sino que era mucho más, un universo de posibilidades por descubrir y experimentar, tuve que lidiar con la oposición de mi mente. La mente se aferra a la costumbre, aunque sea nociva, y descarta lo nuevo o lo desconocido, porque lo considera peligroso, algo de lo que huir. Es así como cierra la puerta a la evolución.
Yo misma tuve que echar mano de la confianza muchas veces. Cuando obtenía pruebas claras clarísimas de que lo que estaba sucediéndome era real, mi mente se relajaba durante unos días pero, luego, volvía a objetar. Tal vez te lo inventaste… Tal vez fue casualidad…
Necesité muchas comprobaciones para soltar por completo la tendencia a dudar. Entonces llegó la auténtica libertad. La libertad de ser yo misma, de permitirme SER, dejando que mis capacidades se desarrollasen sin limitaciones internas; dejando, también, que la magia de la vida fluyera hacia mí y desde mí, para demostrarme, de manera incesante, que todo es perfecto, que lo que siento y percibo es real, que hay una energía sutil que nos impulsa hacia el amor constantemente. Si nos alineamos con ella, escuchando el corazón en primer lugar, haciendo caso de lo que nos propone, esa energía sutil trae hasta nosotros grandes oportunidades, situaciones en las que el alma puede manifestarse y cumplir el propósito de vida que la trajo aquí.
La vida es algo mágico y lleno de gratas sorpresas, que se desvelan a medida que vas dando pasos adelante, atendiendo a las señales que se presentan por todas partes.
La confianza me llevó a aceptar que existían guías espirituales, seres de luz sin cuerpo físico, que estaban dispuestos a ayudarnos a avanzar. No los veía pero sentía su presencia y algo en mi interior vibraba al comunicarme con ellos. Yo hubiera podido descartar aquellas sensaciones, hacerle caso a mi mente, que me sugería que todo eso no tenía sentido ni era real. Pero decidí darle una oportunidad a la experiencia y me lancé a hablar con ellos, para ver qué sucedía. El resultado fue sorprendente e inmensamente grato. No sólo obtuve respuestas, sino que las respuestas me ayudaron a reordenar mi vida, a recuperar la paz interna y a encaminarme hacia el lugar que mi corazón anhelaba alcanzar.
Confiando en las propias capacidades y en la magia que existe más allá de lo visible, las puertas se van abriendo poco a poco, porque vamos disolviendo la tendencia a quedarnos estancados en lo antiguo, en lo que ya no es, en la energía de la vieja Tierra, que ya se marcha.
Somos seres de luz viviendo una experiencia humana. Seres eternos e infinitos que poseen una inmensa capacidad de amar. Hoy nos toca confiar en nosotros mismospara que esa capacidad pueda fluir libremente en el mundo. Irradiando amor tocaremos otros corazones, animándolos así a hacer lo mismo.
Nos toca confiar, también, en que la vida es mucho más que una simple experiencia física. Es una experiencia espiritual, en la que cada cual se topa con los retos que su alma se propuso superar. De ese modo evolucionamos, nos expandimos y hallamos la fórmula para aprender desde el corazón. Cuando comprendo que todo lo que llega a mí es una oportunidad de evolución dejo de quejarme y abro el corazón, para encontrar el modo de responder con amor.
Confiar, también, en la existencia de seres útiles que apoyan nuestro avanceen esa dirección, y en todo lo que eso representa. No estamos solos en el universo. Somos hermanos de millones y millones de seres infinitos que, como nosotros, participan en la evolución. Comunicarnos con ellos nos ayuda a descubrir lo que no vemos y también a adquirir perspectivas más cercanas al amor.
Confiar es el motor que movió mis pasos. Sin confianza no hubiera podido vencer los muros que erigía el miedo, el mío y el de las demás. Confiando me descubrí a mí misma, a la auténtica Alicia, aquella niña a la que había escondido bajo capas y capas de densidad. Sin confianza en mí y en la ayuda que mis guías me proporcionaban, aquella densidad probablemente me habría aplastado. Pero decidí confiar, en vez de seguir dudando, y hoy estoy aquí, hablándote a ti, que lees esto, para decirte que sí, que tú puedes avanzar, que puedes salir del estancamiento y de la pena, que puedes superar cualquier situación difícil, CONFIANDO EN QUE PUEDES, DE VERDAD.
Confía en ti mismo y en el aliento que te da la vida. Se encuentra en tu corazón. Es el ser de luz que llevas dentro, tu yo real.
Confía en los guías que te asisten y te animan avanzar.
Confía en que la vida está deseando impulsarte, para que vuelvas a ser quien de verdad viniste a ser.
Puedes, si así lo crees y confías. Sólo tienes que dar un paso cada vez.
Alicia Sánchez Montalbán
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